El sexo del futuro medirá nuestro grado de satisfacción para descubrir los patrones de nuestro deseo sexual
Por HotSweetHome
@hotsweethome_
El sextech, es la unión entre la tecnología y el sexo, y consiste en mantener sexo con un robot o con una App móvil que permita provocar el orgasmo en las personas.
Este innovador modelo de sexualidad tendrá vigencia en 20 años. Según la ciencia, las relaciones sexuales serán más continuas con robots que con humanos y de manera habitual. Estos muñecos diseñados para la nueva generación cuentan con inteligencia artificial y sistemas operativos, capaces de fotografiar e imprimir los genitales de un ser humano para luego darle movimientos a través de una App móvil y conseguir un orgasmo.
En el mercado
Aunque parezca extraño e increíble, esta nueva modalidad de sexo del futuro ya se encuentra en el mercado y sigue avanzando sin ser detenida.
Según Neil McArthur, profesor universitario canadiense con libros dedicados sobre la materia, dice, “Estamos a punto de asistir al crecimiento de los digisexuales: personas que tienen relaciones sexuales casi únicamente con máquinas”.
En el 2018, la empresa Real Doll lanzó la primera máquina con inteligencia artificial. Se trata de Harmony, una muñeca de tamaño real valorado en 14.000 mil dólares, capaz de hacer tríos, hablar, memorizar las preferencias del humano y realizar prácticas sexuales.
La voz de los expertos
Varios especialistas en la materia, concluyeron en el informe de Future of Sex, que se podrá tener sexo con alguien que deseas y no puedas tener, o con un ex. Se logrará, realizar muñecos a nuestro gusto, no solamente decidir el físico, sino también personalizarlo. Una vez que lo hayas modificado de acuerdo a tus preferenciales personales, podrás conversar con ellos, hacer cosas de humanos en compañía de una máquina y ejecutar acciones sexuales placenteras.
“El sexo del futuro estará altamente gamificado, y esto nos sitúa ante el peligro de estar creando cada vez más estándares en torno a cómo debe ser la satisfacción íntima y a plantearnos hasta qué punto la tecnología podría deshumanizar la sexualidad”, asegura a ICON Laura Morán.