La eyaculación precoz es uno de los problemas más comunes en los hombres, pero, no es algo que no se pueda controlar o que sea para siempre, solo debes tomarte tu tiempo y trabajar en ello
Por HotSweetHome
@hotsweethome_
Hablamos de lo que para muchos hombres es temible cuando esto no solo es una disfunción sexual, sino que también les impide tener un ritmo sexual normal. En ocasiones, esto ocurre por la ansiedad o por problemas psicológicos. Pero, no por eso está todo perdido. Si eres de los que quiere alargar el coito, y no sabe cómo hacerlo, tenemos la solución de este problema con unos cuantos trucos que te servirán para combatirlo.
La respiración
Cuando sientas que estás a punto de eyacular, inhala profundamente durante cinco o seis segundos, mantén el aire y luego suéltalo lentamente por unos tres segundos, posteriormente toma aire y sigue con la penetración. Si quieres ayudarte, puedes gemir o masticar algo (puede ser un chicle), esto te ayuda a regular la inhalación y exhalación del oxigeno.
Piensa en otras cosas
Esto no está científicamente comprobado, pero resulta. Pensar en otras responsabilidades o compromisos que aún te quedan por realizar, ayudan a desviar la tensión y podrás durar más tiempo para eyacular. El mantener la mente ocupada en otras cosas funcionan.
Ejercicios de pelvis
Es recomendable hacerlo mientras estás orinando. Corta el flujo, mientras más veces realices esto, es mucho mejor.
Cambia el ritmo en el acto sexual
Si sientes que ya vas a eyacular, cambia el ritmo de los movimientos, si estás metiéndolo y sacándolo, varía, haz movimientos circulares, de esta forma retienes la eyaculación y la mujer no dejará de sentir placer.
Aprieta el glande
Si ya sientes que vas a eyacular, saca el pene y aprieta el glande durante pocos segundos, hasta que se quite la sensación de orgasmo, y continúa con la penetración. Esto se repite por tres ocasiones, ya en la cuarta es factible eyacular.
Busca una posición donde retrase tu eyaculación pero no la de ella
En esta ocasión deja que ella sola se mate, colócala arriba donde pueda recibir mucha fricción el clítoris y tenga suficiente excitación, pero no tu pene. Si ella está arriba puede controlar mejor los movimientos, y no tú, así ella puede llegar rápido al orgasmo y retarda el tuyo.