Este instrumento lo ofrecen en el mercado como una revolución sensorial, pero ¿su uso excesivo puede disminuir la sensibilidad? Averígualo
Por HotSweetHome
@hotsweethome_
Acabar fácil no es vergonzoso. La estimulación adecuada, suele llegar al orgasmo. Tener relación con tu propio placer es buscar nuevas formas de despertar ese sentido.
Experiencias
«Yo acabo fácil, pero nunca había squirteado. La primera vez que lo usé mojé las sábanas en menos de cinco minutos. Quería salir a gritar por el balcón, pero me calmé y lo dejé enchufado para que no se quedara nunca sin batería.
El problema vino cuando empecé a usarlo seguido: las sensaciones eran menos amables, más punzantes, y si me estimulaba sin el aparato a veces me dolía y otras sentía poco. No soy la única con esa experiencia. Otras mujeres me contaron que después de probarlo les costaba tocarse sin encenderlo o que lo usaban para relajarse y quedarse dormidas”.
¿Podía ser que sexólogas, influencers y portavoces de la liberación feminista recomendaran algo que a la larga perjudica el propio placer?
“Decidí indagar. Según palabras de Pamela de Girolamo, estos vibradores, al sobreestimularnos, terminan por alterar la sensibilidad. Pamela es facilitadora de sexualidad consciente y prácticas de tantra, y me contó que ese pinchazo que yo sentía al usarlo era un orgasmo contractivo. ¿Un qué? Un orgasmo de pico y descarga, en el que acumulamos tensión que necesitamos liberar rápidamente. El tipo de orgasmo que vemos representado en las películas y que estamos acostumbradas a replicar en nuestras prácticas sexuales”.
Esta manía por acabar rápido acrecienta la ansiedad en la que ya se vive, pero además, ni siquiera ofrece la mejor calidad de placer que se pueda tener. Con las técnicas adecuadas, se puede experimentar un orgasmo prolongado, en el que oleadas de placer permanente se expanden por todo el cuerpo.
“Se trata de estar ahí en las sensaciones, no buscar ir hacia algo, desbloquear emociones y liberar el cuerpo para salir de ese círculo vicioso de carga y liberación de tensión. En vez de acabar, hablamos de permanecer en el placer”, explica Pamela.
Pamela también explicó que, el succionador apunta demasiado al clítoris, y entonces se pierde la conexión con toda la extensión de la vulva, vagina y cérvix, que son lugares con mucho potencial sensorial.
Más allá del clítoris
La Escuela Tántrica de Argentina, ofrece masajes para personas con vulva en los que se trabaja toda la extensión: monte de venus, labios mayores y labios menores. Estos también incluyen maniobras clitoridianas, que son las que producen mayor estimulación directa.
“Lo que hacemos es intentar llegar a un estímulo más sutil, con mucho más registro de toda la extensión del clítoris. Es una experiencia en un contexto de intimidad y de confianza, que abre consciencia sobre todo lo que una persona puede generar sobre la genitalidad de un otro”, explicó Maximiliano García, director de la escuela y facilitador de herramientas de tantra y sexualidad sagrada.